El otro día me decía mi amiga fértil (motivo de varios posts en este blog) que me tenía envidia. Su marido viene reclamándole ya hace unas semanas que ya que está de licencia por maternidad ( tuvo su bebé hace dos meses) que debería empezar a ir a gimnasia y moverse para perder los 6 kilos que le quedaron de este último embarazo. Ya les conté que el marido no es santo de mi devoción y menos con este tipo de comentarios. El sólo quiere tener a su lado la familia perfecta con hijos que él no necesita cuidar ni educar y con una mujer con medidas 90-60-90, dispuesta a escalar el Everest con él.
El motivo de la envidia? Muy simple: yo perdí después del parto de Tobias 10 kilos. De esos 10 kilos, apenas 4 kilos engordé durante todo el embarazo porque vomité los 9 meses seguidos sin parar. O sea, estoy más flaca que cuando empecé el tratamiento y los pantalones se me caen, por ende me tuve que salir a comprar cinturones..... Entonces: amiga fértil me dice que me tiene envidia porque soy la única que después de parir peso menos que antes de embarazarme.
Conclusión: GOOOOOOOOOLLLLLL de Natie. Natie: 1, Amiga Fértil: 0 ...